Creo que no hay nada más grande en el mundo que tener un hijo. A lo largo de mi vida, por mi profesión de alpinista, he podido vivir grandes momentos y muy emocionantes, pero el nacimiento de un hijo lo supera todo.
Para una persona como yo, que toda la vida ha estado viajando y haciendo actividad, siempre me pregunté si mi vida cambiaría mucho con la llegada de un hijo. Mientras estaba embarazada, fueron tantas las veces las que escuché «tu vida va a cambiar, ya verás». Claro que tu vida cambia, y ahora tus prioridades son otras, pero cambiará hasta el punto que tú quieras cambiarla. Creo que se puede seguir teniendo una vida activa y hacer deporte en familia con tu hijo o disfrutar de las cosas que te gustan hacer junto a él.
En cuanto nació Max, mi chico me regaló el carrito THULE Charriot Sport, él sabia que para que fuéramos felices y todo fluyera en una bonita harmonía, yo tenía que seguir haciendo deporte y disfrutar de todo lo que más quiero: el deporte, las montañas y mi familia.
Hoy Max tiene 9 meses y hemos podido hacer muchas cosas, hemos tenido la oportunidad de poder conocer la mayoría de las Vías Verdes que tenemos en nuestro país, gran descubrimiento para poder ir en bicicleta con un bebé. A los 3 meses Max ya sentía el viento en su carita cuando le llevábamos en bicicleta con el carrito, su cara nos lo decía todo, nuestro hijo es muy expresivo y su cara nos trasmitía felicidad y tranquilidad.
El verano fue fantástico, bicicleta, montaña, hemos podido hacer de todo hasta bien entrado el otoño. Hemos podido subir a la montaña con nuestro Charriot, enseñarle que es un refugio de montaña y, mientras nosotros hemos tomado un bocadillo con cerveza, él pudo hacer la siesta en medio de la naturaleza.
Estos 9 meses son un gran descubrimiento, no solo por que un niño te cambia las cosas, sino que te descubres a ti misma. Descubres que lo que para ti antes era imprescindible, como entrenar o hacer cosas fuertes en la montaña, pasa a segundo plano, y cosas sencillas como pasear en la montaña con tu hijo, poder enseñarle los arboles o poder acariciar unos burritos te llena mucho más.
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