Muchas madres temen el momento de curar el ombligo a su recién nacido, pero no te preocupes, es una operación sencilla y rápida que no le causará ninguna molestia. Cuando lo hayas hecho un par de veces, tendrás dominada la técnica y comprobarás que tus miedos eran exagerados. Sólo tienes que tomar algunas precauciones.
Aquí tienes lo esencial para tener la situación controlada cuando llegue el momento:
- La pinza que ponen al bebé al cortar el cordón umbilical sirve para evitar hemorragias.
- Día a día, los restos del cordón se pondrán de un color negro-violaceo, hasta que se caiga, lo que normalmente sucede entre 6 y 10 días después del nacimiento, aunque puede tardar más o caerse al tercer día de vida del niño.
- Lo más importante es mantener la zona seca y limpia. Hay que curar el ombliguito tres o cuatro veces al día, por lo que lo más cómodo es hacerlo cuando le cambias de pañal.
- Y recuerda que nada de lo que hagas conseguirá que tu hijo tenga un ombligo más bonito: olvídate de ponerles una fajita o cualquier otro “truco” que te cuenten.
Qué debes utilizar, y qué no
Ten preparado todo antes de empezar, para no dejar sólo al bebé. Aunque sea un recién nacido y no pueda darse la vuelta ni gatear, nunca debes dejar al niño solo sobre una mesa o la superficie donde vayas a cambiarlo. Necesitarás:
- Un pañal limpio. No conviene que roce o apriete el ombligo al bebé.
- Gasas estériles.
- Alcohol de 70º.
- Un recipiente con agua, por si se ha manchado el ombligo con orina o heces. También puedes usar suero en lugar del agua.
- No utilices yodo (porque el bebé lo absorberá a través de la piel, y puede alterar su función tiroidea), polvos de talco ni mercromina (puede provocar dermatitis ya que contiene mercurio y, al ser de color rojo, no podrás detectar si enrojece la zona por una posible infección).
Cómo hacer la cura
- Limpia con cuidado la zona del ombligo con una gasa empapada en agua o suero si se ha manchado de pipí o de caca. Seca dando unos toquecitos con una gasa seca.
- Empapa otra gasa en alcohol de 70º, escúrrela y limpia con cuidado toda la zona. Sujeta la pinza con la mano para limpiar la parte inferior, con cuidado de no tirar de ella. Algunos pediatras no son partidarios de utilizar alcohol, y optan por las curas sólo con agua. Pregunta al de tu hijo.
- Pon al bebé un pañal limpio, procurando que no roce el ombligo. Si es necesario, dobla un poco el pañal, y si tu bebé es un niño, coloca el pene hacia abajo, para que no moje la zona al hacer pipí.
- Utiliza otra gasa, seca, para eliminar cualquier resto de humedad de la zona.
- Cuando ya se haya caído el cordón, debes seguir teniendo cuidado de que la zona se mantenga muy limpia, sobre todo si el ombligo del bebé está “hundido”. Y sécala muy bien después de lavar al niño.
Cuándo debes ir al médico
- Si hay infección: cuando hay pus o enrojece la piel de la zona o si el bebé llora cuando lo tocas suavemente alrededor del ombligo. Vigila las infecciones aun después de haberse caído el cordón: la herida tarda entre tres y cuatro días en cicatrizar del todo.
- Si después de que se haya caído el cordón el ombligo está enrojecido y supura algún líquido. Se debe a que el cordón no se ha secado completamente, y el pediatra decidirá cómo actuar.
- Si el bebé ha cumplido tres semanas y no se ha caído el cordón.
- Si sangra: Es normal que sangre unas gotitas al caerse los restos del cordón, pero si ves que es más que unas gotas, ve al médico. Espera siempre a que el cordón se caiga por sí solo, no tires nunca de él, ni aunque veas que está casi desprendido.
En todo caso, recomendamos que si te surgen dudas acudas a tu pedriatra. Esperamos que estos consejos te sirvan ¡de mucha ayuda!
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