Muchos padres primerizos piensan que tras el nacimiento de los hijos se puede seguir recorriendo mundo como antes de este gran acontecimiento, mientras que otros se refugian en la comodidad y la seguridad del hogar, a la espera de que los bebés crezcan, de que los niños pequeños se hagan mayores y que los viajes en familia sean logísticamente menos complicados. La pereza es un enemigo tremendo a la hora de realizar actividades de ocio con niños, y a veces es peor la situación que nos imaginamos en nuestras cabezas que la realidad. Es posible viajar ligeros de equipaje con niños, desde recién nacidos, aunque puede que pasen meses, e incluso años, hasta que nos demos cuenta de que hay elementos de puericultura de los que podemos prescindir al viajar, y otros que serán muy rentables si invertimos en ellos con moderación. Os dejo algunos trucos que, aunque puedan pareceros una locura, pueden valer para casi cualquier familia.

Mochila de porteo en lugar del carrito

Lo sé, pensar en un recién nacido tumbado en su carrito nos parece lo más ideal y cómodo del mundo. Pero si quieres viajar con bebés de pocos meses, la elección de una mochila de porteo te facilitará mucho las cosas. Para empezar, los bebés pesan muy poco, y cualquier porteador estará cómodo llevándolos. A la mayoría suele encantarles el contacto físico, por lo que no se quejarán si dejáis el carrito en casa. Os ahorraréis tener que facturarlo en el aeropuerto, no por el coste, ya que la mayoría de compasas aéreas suelen permitir viajar con el carrito gratuitamente, sino por lo mal que suelen tratarlos en los embarques y desembarques. Además, si salís de vacaciones en coche, tendréis mucho más espacio disponible para el equipaje en el maletero. Y eso sin contar con cómo será el pavimento de destino, porque subir escaleras de monumentos no adaptados, o hacer rutas rurales con el carrito… Con el porteo, todo son ventajas.

 

 

También dependerá de cómo duerman vuestros hijos, porque si están acostumbrados a colechar desde bebés, la cuna se podrá quedar perfectamente en casa. Aseguraos solo de poder disponer de una cama lo más grande posible en el destino ¡y a disfrutar! O

La bañera de viaje

Hay modelos plegables, otros inflables… Es cierto que el tamaño es reducidísimo y ayuda mucho a la hora de la higiene del bebé. Pero si queréis prescindir de ellas, podréis probar a bañarlos en el lavabo (parece una locura, pero algunos modelos son excelentes como bañeritas improvisadas) e incluso ducharos con el bebé en brazos, y que vuestra pareja os ayude a enjabonarlo bien y a secarlo. En cuanto puedan sentarse más o menos bien por sí mismos, sobre los 8 meses, ya podremos prescindir de todos los artilugios y sentarnos con ellos dentro de la bañera. ¡Hay que aligerar peso por todas partes!

La trona

En la de casa nadie piensa para salir de viaje, porque suelen ser cualquier cosas menos manejables. Pero hay muchos modelos pensados para usar en el exterior desde maletas que al abrirse sirven de asiento a los niños, hasta simples telas con arneses, ideales para recubrir cualquier silla y que el niño quede bien ajustado. De todas formas, en muchísimos restaurantes suelen contar ya con tronas a disposición de las familias. Y en caso de que no hayáis sido capaces de salir de casa sin el carrito del bebé ¡no carguéis con nada más! Sentados en el carrito podrán comer cómodamente y nos ahorraremos un bártulo. Eso sí, proteged bien el asiento con fundas lavables si no queréis que os lo customicen en cada comida.

 

 

Los juguetes se quedan en casa

Si vuestros hijos tienen un apego extremo con alguna de sus pertenencias, y no es un oso de peluche de 2 metros de alto, no habrá problemas en que lo llevéis a las vacaciones. Pero eso de traer todos sus juguetes al viaje no es nada práctico. Si son bebés, probablemente no los van a echar de menos, y si son niños algo mayores, se supone que la experiencia de las vacaciones va a ser tan inolvidable que tampoco los necesitarán. Pensad que vais a recorrer mundo y a vivir nuevas aventuras en familia, no a encerraros entre cuatro paredes para jugar y hacer exactamente las mismas cosas que hacéis habitualmente en casa, pero en un escenario diferente. La mayoría de las veces, somos los padres quienes creemos imposible poder viajar sin los juguetes de nuestros hijos, por lo que solemos llevarlos y traerlos sin ningún sentido.

La cuna de viaje

La cuna de viaje. En hoteles, prescindiría de ella, porque suelen disponer de cunas bajo petición. Pero para viajar a apartamento o casas de familiares que no tengan niños, podéis valorar modelos realmente ligeros como los diseños súper molones de la Cocoon de Inovi, que ni pesa (3,7 kilos) ni apenas abulta.

 

 

Las compras en destino

No sé a qué tipo de lugares recónditos soléis viajar, pero incluso en entornos rurales, raro es el pueblo que no cuente con un supermercado cercano. Es una pérdida de tiempo salir de casa cargados de pañales, toallitas limpiadoras, potitos de bebé, geles de baño, cremas, agua embotellada… Más que nada, porque son artículos de primera necesidad pero tan voluminosos y pesados que pueden ampliar el tamaño de vuestras maletas una barbaridad. Puede dar pareza llegar al destino y tener que realizar la compra para aprovisionarse de todos estos suministros, pero por otro lado, es una ventaja viajar sólo con lo justo, además de ser más barato en caso de tener que facturar maletas.

Alquiler de puericultura

Desde hace unos años, en las zonas de mayor afluencia turística, han surgido empresas dedicadas al alquiler de artículos de puericultura para viajeros. Puedes desplazarte sin trona, sin cuna, ni carrito, ni bañera, ni sillita de seguridad para el coche, porque una vez llegado a tu ciudad de vacaciones, podrás tomar prestadas todas las cosas que necesites para tu bebé. Es una buenísima opción para no ir cargando con la casa a cuestas, sobre todo si vamos a tener que hacer transbordos. Los precios suelen ser bastante razonables, incluso más baratos que tener que pagar el exceso de equipaje con las compañías aéreas. ¿Qué otros trucos conocéis para llevar sólo lo imprescindible al viajar con niños?