El parto es un proceso fisiológico, el culmen y el final de la etapa del embarazo, en el que la mujer va a recibir a su hijo al mundo. El dolor es una sensación sensorial y emocional, y es único y diferente en cada persona. Por eso, no sabemos cómo será el dolor en el parto en cada mujer, porque habrá muchas diferencias en cuanto a la vivencia y experiencia de este dolor. Desde Happy Papis queremos que conozcas las opciones y los métodos para el control y alivio del dolor en el parto, para que tu decidas qué método trabajar en el parto, ya sean de forma más natural o métodos farmacológicos. 

Cada persona tiene una percepción y un umbral del dolor. Por eso, cuando llega el momento del parto, cada mujer lo vive de manera muy diferente de unas a otras:

“El dolor de las contracciones fue muy llevadero y sólo sentí mucha presión y ganas de empujar en el expulsivo”

“Desde el primer momento el dolor fue insoportable»

“Sentí dolor pero pude controlarlo con calor, masajes y relajación”

Mamás reales

En el parto influyen algunos factores que pueden aumentar la intensidad del dolor, como el miedo al parto, la inseguridad de estar en un entorno desconocido o el temor a lo que va a ocurrir. Por ese motivo es muy importante prepararse para el día del parto, acudiendo a la educación maternal y recibiendo información, conociendo las instalaciones donde será el parto o/y preparándose física y emocionalmente.

Existen métodos para control y alivio del dolor durante el trabajo de parto. La guía de Atención al Parto Normal recomienda satisfacer, en medida de lo posible, las expectativas de la mujer en relación con el alivio del dolor durante el parto.

Métodos no farmacológicos de alivio al dolor en el parto

Algunos métodos no farmacológicos de alivio del dolor son los siguientes:

  • El agua caliente, sobre todo, su inmersión. Disminuye el dolor, y favorece que la musculatura esté más distendida y relajada. También reduce el uso de analgesia epidural si se realiza en la fase activa de la primera parte del parto.
  • Masaje: El masaje libera endorfinas y oxitocina, lo que alivia y ayudar a llevar mejor el dolor y la ansiedad durante el trabajo de parto. Los masajes en zonas de tensión como la zona lumbar, relaja los tejidos y aporta mayor oxigenación.
  • Entorno: un entorno en el que la mujer se sienta segura, tranquila y confiada, ayudará a que el proceso de parto fluya. Por eso se debe cuidar el entorno: luz tenue, silencio, algún aroma agradable, mobiliario cómodo, buena temperatura…
  • Acompañamiento: una persona que anima, colabora, y se implica en el proceso de parto de la mujer, ayudará a que ella lo viva mejor, incluso a que controle mejor el dolor. Por eso es tan importante un buen acompañante en este día, y que éste/a también se prepare para el día del parto, aprendiendo masajes, relajación, y manteniendo una actitud positiva y serena.
  • Uso de pelotas, fulares y todo lo que favorezca el movimiento de la mujer y de su pelvis. El parto necesita movimiento, asimetrías en la pelvis, amplitud de sus estrechos.
  • Técnicas de relajación y respiración.
  • Inyecciones de agua estéril: consiste en inyectar agua estéril en el Rombo de Michaelis y así estimular receptores de presión. Su efecto es rápido, a los pocos segundos, y alcanza su pico a los 30-40 minutos.

Métodos farmacológicos de alivio del dolor en el parto

Óxido Nitroso: Es un gas compuesto por Oxígeno y Nitrógeno al 50%, y la mujer lo inhalará en el momento que empiece la contracción. Su efecto empieza a notarse a los 15-20 segundos y el efecto dura mientras se tiene la contracción, neutralizando las terminaciones nerviosas y disminuyendo el dolor. Puede provocar náuseas o ligero aturdimiento, que mejora al dejar de inhalar el gas.

Opioides intramusculares o intravenosos: tienen un efecto analgésico limitado y pueden adormecer al bebé y provocar depresión respiratoria.

Analgesia epidural: Es el método de alivio del dolor más eficaz, y es administrada por un anestesista en un medio hospitalario. Consiste en administrar una medicación a través del espacio epidural, que producirá disminución del dolor. La analgesia epidural alivia el dolor pero produce que la mujer tenga limitados los movimientos, y por lo tanto se asocia a expulsivos más prolongados. Alguno de sus riesgos son: hipotensión materna, fiebre intraparto y dificultad para miccionar y retención urinaria.

La analgesia epidural exige una monitorización continua materna y fetal, control de las constantes vitales y canalización de una vía periférica.

Es elección de cada mujer cómo vivir el día del parto y cómo controlar el dolor, habiendo recibido la información sobre los métodos de alivio del dolor. Sea como sea, un trabajo previo durante el embarazo ( físico y mental) ayudará a vivir mejor este día tan importante.