La tasa de fertilidad en España es una de las últimas de toda la Unión Europea. Solo nos supera Italia, con una media de 31 años en el primer embarazo. En este caso, la edad media de las españolas en su primera concepción es de 30,8 años. Pero, ¿qué factores afectan a nuestras mujeres y cómo podemos ayudarlas a buscar una solución? A continuación tratamos algunos datos de interés.

¿Problemas de fertilidad después de tener un hijo?

Cuando se ha logrado dar a luz por primera vez, puede surgir lo que se llama la “infertilidad secundaria”. Recurriendo nuevamente a la estadística, se calcula que una de cada diez mujeres presenta problemas para quedarse embarazada por segunda vez, representando un porcentaje mucho mayor que las parejas con dificultades para concebir su primer hijo (un 2%).

Las causas de este problema pueden deberse a varios factores, que afectan igual al hombre como a la mujer. Desde el sobrepeso, hasta la endometriosis o la baja calidad del semen son algunos de los aspectos que también pueden influir conjuntamente con la edad de los padres, otro factor a tener en cuenta.

Alimentación y fertilidad, la importancia de una dieta adecuada

La buena alimentación es muy importante. Los problemas para quedarse encinta pueden tener relación directa con una dieta no adecuada que, queramos o no, influye en nuestras posibilidades de quedar embarazadas.

A pesar de que se piense en la fecundación in vitro, es preciso mantener una buena alimentación para conseguir el objetivo. Pero esto mismo ocurre también con la figura del hombre, ya que este podría empeorar su calidad del esperma con una dieta rica en grasas y baja en vitaminas.

Lo anterior no significa que se pueda conseguir quedar encinta añadiendo suplementos de vitaminas en la alimentación. Incluso, un nivel que sobrepase las vitaminas y minerales, necesarios para nuestro organismo, puede ser el responsable de la infertilidad.

Hay que saber comer en la justa medida, sin necesidad de pasar hambre y aún menos de atiborrarse. Ante todo, la práctica de ejercicio físico es fundamental para mantener a nuestro cuerpo funcionando perfectamente. De esta forma tendremos más posibilidades de tener un hijo.

Dietas para mejorar la fertilidad

Elegir los alimentos apropiados no es una gran ciencia, aunque, ante la duda, siempre se puede consultar con un nutricionista, que asesorará eficientemente a los pacientes.

Necesitamos, sin duda, una alimentación rica en vitaminas. La vitamina C es muy importante, ya que es un antioxidante necesario y contribuye en la buena calidad del esperma.

El ácido fólico es lo primero que recomiendan para, incluso, antes del embarazo, por su prevención ante abortos espontáneos o defectos congénitos en el recién nacido. El calcio también es esencial desde el primer día, por su aporte de vitamina D al feto.

El zinc es fundamental en hombre y mujeres. Es importante mantener sus niveles ya que, en la mujer, la deficiencia de este elemento le pondría en riesgo de sufrir un aborto. Mientras tanto, en el hombre, la deficiencia del mismo conlleva a un bajo volumen de semen y de testosterona.

La dieta mediterránea es muy adecuada para lograr un organismo equilibrado. Evitando alimentos grasos y apostando por la fruta y la verdura, estaremos asegurándonos muy buenas expectativas. Aun así, es bueno comer un poco de todo; en este sentido, el hígado nos aporta el ácido fólico que necesitamos. La carne y el pescado son también necesarios; por ello, la carne de vaca, el marisco y demás productos del mar favorecen los niveles de calcio y de zinc.

Apostemos por el cereal y la leche descremada para comenzar el día. Para la comida, una verdura, un pescado o carne a la plancha o, en su caso, un buen plato de legumbres se convertirán en alimentos completos y saludables. De vez en cuando podemos recurrir al arroz, la pasta y los huevos. Recordemos que las cenas han de ser ligeras; por ejemplo, un yogurt, una pieza de fruta o verdura. Pero siempre consultando al médico o nutricionista.

Malos hábitos alimenticios que afectan a la fertilidad

Al igual que se deben seguir los buenos hábitos para buscar ser fértiles, se deben dejar de lado los hábitos perjudiciales. Sin fuerza de voluntad no lograremos nuestro objetivo. Por eso, ante el nerviosismo, es obligatorio reducir el café. Obviamente, nada de tabaco ni alcohol. Recordemos no ingerir nada perjudicial estando embarazada.

Evitar las grasas saturadas es muy necesario, ya que estas son las culpables de una mala salud y de los problemas circulatorios. Menos grasas y más deporte.

La fertilidad es un proceso cada vez más complicado en muchas parejas, la mayor parte de las veces debido a una mala alimentación y hábitos de vida poco saludables. Habiendo cambiado estos aspectos, las posibilidades de quedar encinta aumentan, aunque siempre es bueno acudir a un especialista que asesore.