«Dar el pecho es algo natural. Nadie debería impedirlo»

Organización Mundial de la Salud

Si para ti es muy importante amamantar a tu bebé cuando te lo solicite y no estas tranquila en casa. No te preocupes, nuestro consejo es que lo hagas con total naturalidad, porque te asisten la razón, la naturaleza y, afortunadamente, la mentalidad de los nuevos tiempos. Es cierto que, en determinados ambientes, todavía hay mentes retrógradas dispuestas a hacerse notar, pero también lo es que la sociedad ha avanzado mucho y que hoy casi todo el mundo ve este tipo de escenas como algo absolutamente natural y enternecedor.

Lo único que hace falta es que el poder legislativo se dé prisa a la hora de dar soporte a la mujer para realizar un acto de amor tan real como amamantara su bebé en público, que nadie debería poner en duda. En realidad, la ley no la prohíbe, pero sí es cierto que al no decir nada al respecto deja abierta una puerta para que en determinados sectores se pueda hacer algo de ruido.

De todas formas, parece claro que más pronto que tarde, se terminará aprobando una legislación que respalde a la mujer a la hora de amamantar en público cuando el pequeño lo demande. Porque al respecto, lo lógico es que se impongan criterios médicos y profesionales como los que defiende la Organización Mundial de la Salud, que considera que la lactancia natural se debe poder realizar en público en cualquier momento y sin cortapisas de ningún tipo. Desde luego, sin que la mujer tenga que esconderse para realizar un acto tan honesto y hermoso.

Amamantar en público es un derecho que nadie debería intentar impedir

Urge el reconocimiento legal porque con él dejarán de producirse situaciones como las que tuvo que vivir una madre el pasado mes de junio en una piscina de Zaragoza, cuando estaba sentada cerca del agua amamantando a su hija y el personal de la instalación acabó llamándole la atención con argumentos tan sorprendentes como que con esa acción se podría contaminar el agua y que está prohibido comer en la zona de baño. Argumentos que no se sostienen, se caen por su propio peso, ante los que hay que responder con firmeza que la lactancia materna es una necesidad para la madre y para su bebé y que se debe respetar; es más, que el derecho de los pequeños a ser amamantados en cualquier momento y lugar debe quedar salvaguardado. Y si alguien sigue incordiando, lo que tienes que hacer es responder con firmeza que se trata de una acción completamente legal porque no existe ninguna ley en la que esté prohibida. Puedes retar a esa persona a que te facilite el texto legal en el que se diga que no se permite que una madre pueda alimentar a su hijo de forma natural. Y en cualquier caso, lo que hay que dejar claro es que impedir un acto tan natural como el de una madre amamantando a su bebé no es más que una forma de discriminación hacia las mujeres; a las mujeres que han sido madres recientemente.

Además, se trata de un movimiento imparable que va acompasado con el signo de los tiempos y contra el que no resulta fácil combatir. Vivimos en un mundo totalmente globalizado, en plena era digital, en la que los gestos tienen mucha trascendencia. Como el que aconteció el pasado 9 de mayo en el Senado de Australia, cuando la parlamentaria Larissa Waters hizo uso de la palabra para presentar una moción mientras sostenía a su hijo en brazos y lo amamantaba. Encuestión de minutos, la imagen ya era viral y había dado la vuelta al mundo. Algo que tiempo atrás también se había hecho en otros parlamentos, como el de Islandia y Argentina. Y en una televisión de Argentina, en la que dos periodistas salieron en pleno noticiero amamantando a sus bebes en señal de solidaridad con una mujer a la que la policía había impedido amamantar en público en una plaza.

Sociedad muy tolerante

A pesar de que todavía quedan algunas mentes retrógradas y reaccionarias, lo cierto es que la tolerancia de la sociedad está fuera de toda duda y que hoy en día la escena de una madre amamantando a su bebé se ha convertido en un hecho de lo más natural. Es alqo que resulta habitual en plazas, playas, bares, cafeterías o centros comerciales, y que habitualmente se realiza con total discreción y respeto. Entre otras razones porque poner al niño a la teta de su madre no deja ser un acto íntimo y que requiere de cierto relax y tranquilidad. Un momento muy bello en el que madre e hijo necesitan estar concentrados en lo que está ocurriendo. Por lo tanto, el consejo que tenemos que dar a quienes ya sois mamás y a aquellas otras que lo seréis en breve es que no debéis permitir que nada ni nadie interfiera en vuestro deseo de amamantar a vuestro hijo en el momento en el que este lo necesite. La probabilidad de que alguien os cree algún problema no es muy elevada, pero si se presenta la situación, lo último que debéis hacer es consentir que os amedrenten. Sed respetuosas pero firmes y dejad claro que nada, ni nadie, podrá impedir que deis de mamar a vuestro bebé porque os asiste la razón y también la ley, que no lo impide. Ahora solo hace falta que sus señorías se pongan cuanto antes a la tarea para que la ley recoja escrito negro sobre blanco que la lactancia en público es un derecho de madres e hijos que nadie debe tratar de impedir.