Desde el momento de saberse embarazada, la mujer experimenta cambios físicos y emocionales, que hacen que poco a poco vaya siendo consciente del bebé que llegará y de los cambios que esto supondrá en ella y en su pareja.

Sin embargo, los padres/parejas viven todo el proceso del embarazo viendo cómo su mujer cambia, pero desde una visión más externa: viendo cómo la mujer cambia físicamente, le crece la barriga, está más sensible…

Por eso es muy importante involucrar a las parejas desde el principio del embarazo y prepararles emocionalmente para el cambio que se avecina en sus vidas.

Tras el parto, el padre/pareja pasa a un tercer plano, pues es el bebé el que acapara todas las atenciones y en segundo lugar la madre. Los primeros días puede que se sienta desubicado/a, y no sepa bien qué hacer o cómo gestionar la nueva familia. Pero que no sea el que recibe más palabras bonitas o carantoñas no significa que no sea importante. La pareja es el soporte principal de la mujer en el puerperio y en la lactancia.

La lactancia sólo puede realizarla la madre, y de manera temporal, durante unos meses, quizá unos pocos años. A veces, y erróneamente, pensamos que la pareja puede ayudar dando un biberón al bebé para que su mujer duerma y descanse. La lactancia materna tiene beneficios, no solo a corto plazo, si no para toda la vida del bebé. Ofrecer un biberón cuando una lactancia funciona es una interferencia y un flaco favor para la madre y el bebé.

Un porcentaje muy alto de éxito en la lactancia es un buen soporte, refuerzo positivo y de ánimo. Para eso es fundamental que la pareja se implique, conozca qué es la lactancia materna y en qué consiste. Sólo así podrá asesorar a su mujer, brindarle apoyo, ser sostén.

Elena Pajuelo

Matrona

 Formarse en lactancia significa asistir a las clases de preparación al parto ya en el embarazo, ir a las visitas con la matrona o ginecólogo, y tras el parto, implicarse también en los talleres de lactancia, grupos de crianza, etc…La crianza es cosa de dos. 

La lactancia siempre es de la madre, y es lo único que sólo ella podrá hacer. La pareja puede consolar, acariciar, bañar, pasear….y conforme el bebé crezca se irá desarrollando la relación padre-hijo/a y el apego.

Os preguntaréis qué cosas puede hacer el padre mientras la madre amamanta a su bebé. Pues bien, aquí os dejo una lista de cosas concretas por donde comenzar:

  • Apoyar a la mujer siempre en la lactancia. Con mensajes positivos y de ánimo, estando con ella en las tomas, y proporcionándole seguridad fluirá más oxitocina y contribuirá a que la madre tenga tomas placenteras y felices.
  • Ejercer de filtro/barrera para visitas, llamadas, etc. Sobre todo los primeros días, hasta que la lactancia esté establecida, y la madre recuperada tras el parto. A veces las visitas inoportunas se quedan horas en casa, y en vez de ayudar, entorpecen el ritmo de la madre y del bebé.
  • Es importante el apoyo emocional de tu pareja en momentos en que la mujer pueda sentirse observada o juzgada dando el pecho en público, es algo natural, y los comentarios pueden llegar a afectar a su ánimo. Dar el pecho es alimentar a tu hijo, y nadie debería juzgarlo. 
  • Poner al día la casa con las tareas domésticas: hacer la compra, poner lavadoras, mantener el orden…
  • Si hay hermanos, dedicarles tiempo, sacarlos a pasear, jugar con ellos, ayudar a que se integren en la nueva familia.
  • Encargarse del baño del bebé, los cambios de pañal y de ropa, acunarle, dormirle, portearle, etc.
  • Cuidar los detalles y facilitar momentos de pareja, cariño, charlas y besos. La madre necesitará sentirse comprendida, amada y escuchada.

Como véis, la pareja tiene gran responsabilidad, no sólo en la lactancia, sino en la crianza de los hijos y el mantenimiento del hogar. Caminando juntos, la pareja sale reforzada y más unida.